jueves, 12 de junio de 2014

Reseña (Libro): Nunca olvides que te quiero, de Delphine Bertholon

Por primera vez, estoy feliz de que me hayan roto el corazón

Sinopsis:

Madison tenía 11 años cuando fue secuestrada. Es una niña viva, alegre y divertida que desde muy pequeña ha desarrollado una fuerte personalidad, repleta de imaginación y creatividad, y que incluso en esta situación dramática, encerrada en la casa de su secuestrador no pierde el optimismo.
Durante los casi 5 años que dura su encierro, se desahoga escribiendo sin censura en un cuaderno que es su gran vía de escape y la única posibilidad de sentirse libre; describe al detalle sus sensaciones, la añoranza de sus seres queridos, su sorpresa por el gradual paso a la adolescencia... y todas las mil y una extravagancias que se le ocurren.
Léonore, la madre de Madison, intenta sobrellevar la ausencia de su hija escribiéndole cartas diariamente en las que le cuenta todo lo que pasa en la familia: sus esperanzas y penas, la muerte del abuelo, cómo su gato la echa de menos y algunas novedades acerca de Stanislas, el profesor de tenis de quien Madison estaba enamorada. Un joven que busca ser amado a cualquier precio aunque en realidad no sabe disfrutar de su libertada.

Una novela magistralmente narrada a tres voces que convierte un trágico suceso en una historia cargada de humor y emoción, que atrapa al lector y le invita a una reflexión sobre el amor, la libertad y la esperanza. Una novela que nos recuerda que la capacidad de ser feliz es también un estado del alma.



Este libro hizo que volviera mi fe hacia la humanidad, bueno más bien hacia la persona que me lo prestó (tú sabes quien eres).
Todo empezó mi primer día en la facultad, en mi última clase, conocí a una chica con quien congenié de maravilla y en medio de la conversación yo le mencioné que quería leer "Nunca olvides que te quiero" y ella dijo "Fijate que yo lo tengo en mi casa, te lo prestaré luego" y para mí eso fue lo equivalente a "Bien por ti". Pues como yo nunca en mi vida había prestado un libro no me pasó por la cabeza que ella estuviera hablando en serio... hasta que llegó el día siguiente. Entonces fue que mis esperanzas hacia la humanidad resurgían entre las cenizas. Pues aquella chica se me acercó con él libro entre las manos y me dijo "Regrésamelo cuando lo hayas terminado, tardate el tiempo que necesites" y yo solo pude quedarme con cara "WTF?! ¿Es en serio?"
Desde entonces he prestado mis libros al rededor de unas cinco veces... ella fue la primera, le devolví el favor.

My opinion:

Dicho lo anterior y sumado el gran poder que tiene esta hermosa historia sobre la emociones, sobra mencionar que este librito me tocó en un lugar del corazón que solo dos libros han logrado llegar... y quedarse.

Y es más que nada porque Bertholon sabe como llegarte a esa pequeña fibra de tu ser donde se esconde tu niñita llorona interior; no importa la edad, física o mental, que tengas. Esta historia te hará llorar porque no tiene otro propósito más que ese... o por lo menos te dejará pensando sobre las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida.

Leer de forma tan vivida desde la perspectiva de una niña de once, pareciendo tener como 16 años mentales (¡Maldita Madison! Te amo), que vive en encerrada durante su camino a la adolescencia, te hace sentir ese vacío en el estómago cuando le falta comida, la nostalgia de su hogar, la ira hacia su secuestrador... todo un menjurje de emociones. Luego pasas a las cartas de la madre donde sientes esa desesperación tan fuerte y al mismo callada y que te provoca que por primera vez te des una idea del sufrimiento que padece un corazón de madre... aunque sigo pensando que es solo un cachito a lo que en realidad se debe de sentir.
Y luego está un chico que solo quiere que lo amén de la misma forma que él ama... llegando a tal punto de desesperación que se conforma con pedazos de un amor que termina torciendo al punto de hacerle más daño que bien... (Esperen, denme un minuto).

¿En qué iba? Ah, sí.
"Nunca olvides que te quiero" es esa clase de historia que va dejar huella, aún cuando no te des cuenta o no quieras. Al final de la última página tu única reacción será quedarte pensando por dos días las cosas buenas que tienes en tu vida y agradecerás por ellas... en el caso más extremo: Irás llorando con tu madre cual becerro recién nacido gritándole que la amas. (Ya si en realidad tienes un corazón de hierro... mejor vete a otro lado).

Te recomiendo que tengas una caja de pañuelos a la mano cuando empieces a leer esta historia (y no, no para masturbarte, esto es serio).

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